Con el verano llega el calor y las ganas de permanecer horas en una terraza disfrutando de una bebida bien fría. Sin embargo ¡ay!: cuando pruebas la primera cucharada de helado o el primer sorbo de refresco, un dolor agudo recorre tu boca. Estás padeciendo las consecuencias de tener sensibilidad dental, una patología muy común y de la que conviene conocer sus causas y cómo tratarla.

¿Qué provoca la sensibilidad dental?

Por mucho que cuidemos nuestra higiene dental, existen diversos factores o costumbres que, a veces sin darnos cuenta, afectan a nuestra salud bucodental, provocando anomalías como la sensibilidad dental. 

Un ejemplo muy típico de práctica incorrecta consiste en hacer uso de cepillos de dientes con cerdas demasiado duras o que ya están desgastadas por el uso. Si a ello le sumamos el empleo de métodos blanqueantes como pueden ser la pasta de carbón activado, estamos incurriendo en una agresión constante hacia nuestra dentadura que puede provocar la erosión del esmalte y, por tanto, la temida sensibilidad dental. 

La alimentación también juega un papel muy importante a la hora de favorecer la aparición de esta patología. Los azúcares y los ácidos favorecen la erosión dental, aunque también otro tipo de prácticas como mordernos las uñas, morder la tapa de los bolígrafos o incluso masticar alimentos demasiado duros (palomitas de maíz a medio hacer, kicos…) nos puede pasar factura.

Finalmente, las personas que padecen de bruxismo -rechinar involuntario de los dientes- tienden a provocar un desgaste prematuro de su esmalte debido a la continua fricción de las piezas dentales superiores con las inferiores.

¿Cómo podemos prevenir la sensibilidad dental?

La primera medida y la más fundamental es no faltar a las revisiones bucodentales. Si ya padeces sensibilidad dental, es muy importante tratar la patología antes que se convierta en una problemática grave; en el caso de no padecerla aún, un diagnóstico puede alertarnos de indicios que nos lleven a cambiar ciertas rutinas para prevenirla.

Otros consejos que podemos proporcionar es tratar de evitar los cambios de temperatura muy extremos en nuestra alimentación, ya que pasar del frío intenso al calor puede favorecer los dientes sensibles. También, es importante deshacernos de los malos hábitos, renovar regularmente nuestro cepillo de dientes y no abusar de los alimentos muy dulces o ácidos, siempre lavándonos los dientes después de las comidas. 

En el Centro Sanitario Virgen de la Merced, estamos a vuestra disposición para cualquier consulta de tipo odontológico o para concertar visita. ¡Estaremos encantados de atenderos!